Los modos de vida de la población barreña a lo largo del tiempo y dentro del entorno de su extenso término, ocupado en gran parte por el Parque Natural Los Alcornocales y situado en un espacio fronterizo a orillas del Estrecho de Gibraltar, han condicionado el carácter y la idiosincrasia de este pueblo. El uso, la explotación y la gestión del agua, el aprovechamiento forestal de sus montes, la dedicación a la agricultura y, sobre todo, a la ganadería han ido marcando la interacción de los habitantes del municipio con el medio y generando diferentes hábitats, con interesantes, diversas y variadas manifestaciones culturales.